“Existe un patrón de violaciones a los derechos humanos en la construcción de proyectos hidroeléctricos en América Latina”

Soniamara Maranho, de la Coordinación Nacional del Movimento dos Atingidos Por Barragens (MAB) volvió recientemente de Cuba, donde se realizó un encuentro del Movimiento de Afectados por Represas en América […]

Soniamara Maranho, de la Coordinación Nacional del Movimento dos Atingidos Por Barragens (MAB) volvió recientemente de Cuba, donde se realizó un encuentro del Movimiento de Afectados por Represas en América Latina (MAR). En esta entrevista, analiza la coyuntura latinoamericana y los desafíos de la construcción de la organización continental de los afectados por represas.


Foto: Matheus Alves/ FAMA. 

 

Recientemente el MAB estuvo en Cuba contribuyendo en una nueva instancia de construcción del Movimiento de Afectados por Represas en América Latina (MAR). ¿Cuál es la lectura del MAR sobre la coyuntura actual?

Estamos viviendo una coyuntura internacional de reorganización del sistema capitalista e imperialista. Y para que ese sistema se reorganice, éste precisa invertir principalmente en la cuestión financiera, con especulación de los bancos, de los accionistas y rentistas, de las bolsas de valores y paraísos fiscales. Estos actores precisan apropiarse de los recursos naturales de una base de alto lucro, desvalorizar el Estado y explotar todavía más la fuerza de trabajo de los trabajadores en todo el mundo. Hoy se están retirando derechos históricamente conquistados por esos trabajadores. Además, con el avance de la tecnología y la comunicación, la reproducción del valor para el capital se da de forma mucho más rápida, eficiente, y explotadora, y el agua y la energía son dos de los recursos más importantes para este desarrollo del capital.

Si miramos principalmente hacia Brasil y América Latina, es evidente que continuamos teniendo un escenario extraordinario de riquezas y bienes naturales, pero sin embargo con Estados vulnerables al servicio del gran capital. Varios de esos gobiernos surgieron después de los golpes que fueron orquestados por ese mismo capital, y esto los colocó en una posición mucho más beneficiosa para atacar lo más valioso: nuestra soberanía, democracia y derechos. Vivimos varios golpes en América Latina, que se dieron de diferentes formas, como en Honduras (dos veces), antes de las elecciones y en las propias elecciones con la burla del sentir popular, en Paraguay, Argentina y Brasil, entre otros. Hoy la guerra contra América Latina está declarada y acontece a través de diferentes mecanismos. Ya no es solamente armas e intervención militar. Es una guerra mediática, judicial y legislativa.

¿Y cómo se expresa esto en la disputa por los recursos en América Latina?

Vayamos al caso del agua. Sólo 2% del agua del mundo es potable. Y de esa agua potable disponible, solamente medio por ciento es accesible porque el resto es hielo, por lo tanto, 30% de esa agua a la que tenemos acceso está en América Latina y 12% en Brasil. Entonces, no por acaso ellos hicieron el Foro Mundial del Agua aquí en Brasilia. Fue para hacer presión para que empresarios y especuladores decidan el destino de nuestras aguas. El caso del petróleo también es bien claro. Si juntamos Venezuela y Brasil tenemos más de 700 billones de barriles de petróleo, eso da una Arabia Saudita. Y encima en el caso de Brasil tenemos el pré-sal –la mayor reserva de petróleo de nuestra historia- que está siendo entregada al gran capital por el golpista Temer. Respecto al potencial hídrico de América Latina, estamos con Brasil en primer lugar después Perú, Colombia, Argentina y Venezuela. Entonces, la guerra contra nuestros países tiene el simple objetivo de apropiarse de nuestras riquezas. Toda esa disputa está colocada hoy en los territorios, y es allí donde están la mayoría de los afectados. Por eso es que tomamos la decisión de organizar en todos los países movimientos nacionales con articulación internacional. En este sentido, en cuanto MAR vemos que existe en América Latina un cambio en las leyes que hasta el momento garantizaban algunos derechos a los afectados por represas, principalmente comunidades negras, indígenas, sitios arqueológicos, locales de turismo entre otros. No estamos en un momento de construcción de muchas represas, los capitalistas ahora están intentando cambiar esas leyes que hasta ahora colocaban algunos obstáculos para la construcción. En el próximo período es muy importante que el MAR esté bien organizado, porque vamos a sufrir una ofensiva mucho más agresiva del capital para apropiarse del agua, la energía y nuestros bienes naturales. Por eso, organizar a las poblaciones afectadas significa hoy garantizar la soberanía, la democracia y los derechos históricamente conquistados en nuestros países. Esas tres pautas, del Frente Brasil Popular aquí en Brasil, son también de carácter latinoamericano.

En la última semana fueron asesinados 4 militantes en Colombia a causa de la construcción de la hidroeléctrica de Hidroituango, la mayor del país…

Sí. Colombia es uno de los países que hoy está en un proceso de construcción de algunas hidroeléctricas. En el inicio del mes tuvimos el asesinato de nuestro compañero del Movimiento Ríos Vivos Hugo, que estaba pescando acompañado de su sobrino. Son mineros artesanales y pescadores afectados, con una fuerte relación con la comunidad y estaban organizando movilizaciones para exigir sus derechos. El pasado día 8, Alberto Torres también de Ríos Vivos, estaba tomando un café con el hermano y los dos fueron asesinados. Entonces, en menos de ocho días, cuatro personas fueron asesinadas en un país que no tiene una política nacional que garantice los derechos de los afectados por represas, que inclusive pierden su propia vida. Por eso, frente a este momento, pedimos protección para los militantes de Ríos Vivos, y estamos denunciando lo que está ocurriendo, exigiendo también que el Estado continúe buscando los cuerpos de los desaparecidos del conflicto armado en la región. Cuando no se tiene un Estado comprometido y leyes que discutan la importancia de los derechos de los afectados, y cuando no se respeta a los movimientos que colocan esa pauta, acaban ocurriendo cosas como ésta. Existe un patrón de violación de los derechos humanos en las construcciones de proyectos hidroeléctricos tanto en Brasil como en el toda América Latina.

¿Cuáles son los principales desafíos?

Nuestros principales desafíos están relacionados al fortalecimiento del MAR, de nuestros movimientos nacionales de afectados por represas y nuestra articulación política, debatiendo un proyecto energético popular para nuestros países. Esa construcción requiere pensar una alternativa al sistema capitalista, un proceso de redistribución de la riqueza producida por los trabajadores y trabajadoras, de re estatización de todo lo que era público y ya fue privatizado en los últimos años, y para eso al mismo tiempo es necesaria la construcción de una unidad muy fuerte e internacional, basada en la soberanía y autonomía popular.

Actualmente, como MAR estamos construyendo encuentros en todos nuestros países (14) encuentros estaduales, y hasta mayo del año que viene encuentros nacionales. En el final de 2019, en el marco de los tres años de formación del movimiento (que fue lanzado en Chapecó el 26 de setiembre de 2016) vamos a realizar un encuentro continental de los afectados por represas, debatiendo el nuevo proyecto energético popular y la construcción de una nueva sociedad. El desafío es llegar a 2020 con un gran encuentro internacional de afectados por represas y sus aliados estratégicos como trabajadores de los sectores de la energía y el agua que ayudan a construir la riqueza de nuestra América Latina y del mundo.

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