¡El patriarcado mata! ¡Justicia por Débora!
En comunicado, el movimiento se solidariza y se indigna con la noticia del asesinato de una compañera más por la violencia del patriarcado; Débora Moraes, integrante de la coordinación del MAB en Porto Alegre, asesinada el 12 de septiembre
Publicado 16/09/2022 - Atualizado 17/11/2022
¡Qué el rojo de la sangre de las mujeres asesinadas
manche! paredes, escaleras y ventanas
mudas, ciegas y sordas
Que el rojo derramado
tome vida, fuerza y se haga reconocer por todas nosotras…
(Patrícia Ribeiro – Llorando sangre)
Recibimos con indignación y tristeza la noticia de la pérdida de una compañera más por la violencia del patriarcado. En la tarde de ayer, fue asesinada Débora Moraes, integrante de la coordinación del Movimiento de los Afectados por Represas (MAB, por sus siglas en portugués) en Porto Alegre. Era una mujer joven, madre, alegre y aguerrida, que se ponía en la primera línea de lucha por la justicia. Débora había acabado de conquistar el derecho al reasentamiento y ni siquiera pudo vivir su conquista. El marido de Débora fue detenido en la escena del crimen y llevado por la policía. Deja una hija de 6 años.
El patriarcado se estructura como un sistema de dominación de las mujeres y se reproduce por medio de la violencia. Violencia que hoy acaba con la vida de nuestra compañera Débora, y que todos los días sesga la vida de una mujer a cada 6 horas y media, según los datos del Fórum Brasileiro de Segurança Pública (Foro Brasileño de Seguridad Pública). ¿O cuántas otras más que no tienen sus muertes reportadas?
El odio contra nosotras, las mujeres, y el deseo de control sobre nuestros cuerpos y nuestras vidas están fortalecidos hoy en Brasil, y encuentra expresión en el gobierno de Jair Bolsonaro. El estímulo a la violencia, la burla ante la muerte y el machismo abierto marcan su discurso y sus acciones. El empeoramiento de las condiciones de vida, la pérdida de empleos y el abandono de las políticas sociales también agravan la situación y nos deja aún más expuestas a la violencia. Ante la pérdida de nuestra compañera, reafirmamos el compromiso de lucha para derrotar de una vez por todas el proyecto de muerte del bolsonarismo.
Nuestra compañera fue víctima de un tipo de guerra que sucede todos los días, tanto dentro de casa como en la calle. Al principio, puede que no hagas tanta bulla, ser sutil, silenciosa, llena de dolor y de marcas escondidas. Hasta que un día, esa guerra alcanza la más cruel, dolorosa y deshumana forma: no poder vivir.
Así, la violencia contra las mujeres va sucediendo en el día a día, en la palabras que amenazan, ridiculizan, humillan y manipulan. En el control de las acciones, de los comportamientos, de las creencias, de los recursos financieros. Acontece un empujón, un golpe, una patada. Acontece en el control del cuerpo femenino por el hombre.
La violencia contra las mujeres es aun pública, perpetrada por un cultura misógina y patriarcal que atraviesa nuestra historia. Que hace de nuestros cuerpos espacios públicos de decisión y poder de los otros. Que hace de las mujeres una mercancía.
En esa cultura de violencia, de 2 a cada 3 mujeres víctimas de feminicidio en Brasil son negras, resultado de la unión devastadora del sistema patriarcal y del racismo que estructuran el capitalismo y su reproducción. El feminicidio tiene color y tiene clase, deja hijos e hijas huérfanas, madres y padres sin hijas, deja un vacío para siempre en la vida de aquellos que quedan.
Nosotras, mujeres afectadas por represas del MAB, nos solidarizamos con la familia, amigos y camaradas de lucha de la compañera Débora. En este momento de dolor y de revuelta no nos silenciaremos. Levantamos nuestras voces por el fin de la violencia contra las mujeres, decimos basta al feminicidio. Hacemos un llamado a la necesidad de abordar la raíz del problema, a través del debate y acciones prácticas que aborden las desigualdades históricas que hacen con que el género, la raza y la clase estructuren dinámicas de opresión. Exigimos justicia a las autoridades, y políticas para proteger a las mujeres. Queremos el fin de este gobierno genocida, racista, misógino y LGTBfóbico, y luchamos por la igualdad de derechos y una cultura de paz.
Seguimos en lucha por Débora, Dilma, Nicinha, Bertha, Marielle, Dorothy y tantas otras compañeras cuya fuerza nos inspira a continuar. Así como los ríos, que crecen cuando se juntan, nosotras, mujeres afectadas, reunimos nuestras resistencias en cada grupo de familia, comunidad, reasentamiento, en cada periferia y reafirmamos que nuestra lucha es por la vida de las mujeres.
De los ríos de todo Brasil, 13 de septiembre de 2022.
¡Débora Moraes, presente! ¡Presente! ¡Presente! ¡Mujeres, agua y energía no son mercancías!
Traducción: Ciro Casique Silva