En el Día Mundial del Agua, el MAB y aliados exaltan lucha contra privatización del recurso

Este 22 de marzo, cuando se celebra el Día Mundial del Agua, militantes del Movimiento de Afectados por Represas (MAB, por sus siglas en portugués) aprovecharon la fecha para llamar la atención sobre la importancia de la preservación del recurso en Brasil. La organización preparó un seminario con diferentes aliados en la Cámara de Diputados para destacar, entre otros temas, la lucha contra la privatización del agua, un asunto que moviliza no solamente a los frentes populares en los estados, sino también la acción de los parlamentarios de izquierda en el Congreso Nacional.

El militante Iury Paulino, de la coordinación nacional del MAB, dijo que la organización ve diferentes motivos para articular espacios como el seminario, que ayuden a evidenciar la agenda del segmento en el ambiente político y en los medios de comunicación en general. Además del Día Mundial del Agua, el movimiento rememora los cuatro años del asesinato de Dilma Ferreira, lidereza del MAB asesinada en marzo de 2019, en Pará, en lo que se conoció como la «masacre del Foro Baião».

Luchaba contra las prácticas laborales análogas a la esclavitud, la explotación ilegal de madera y otras acciones ilícitas. El MAB busca mantener viva la memoria de Dilma y fortalecer la jornada popular en pro de los derechos colectivos. «Entendemos que este es un momento importante para Brasil. Estamos en un momento de cambio de coyuntura, en la que necesitamos estar bastante organizados. El tema del agua, el control de bienes estratégicos y de los recursos importantes para el pueblo brasileño necesitan ser discutidos en esta casa», afirma Iury Paulino.

Al MAB también le preocupa la configuración del juego político en el Congreso Nacional, que en esta legislatura se tornó aun más conservador, lo que podría comprometer la agenda del campo popular en las dos cámaras legislativas. «El proceso de sensibilización en la Cámara es muy importante. Prevemos mucha dificultad, dada la realidad del lugar, pero es importante que estemos aquí delimitando ese espacio, que necesita ser ocupado por el pueblo brasileño», defiende el coordinador del MAB.

El evento de este miércoles también marcó el lanzamiento del libro Mercantilização da água: análise da privatização do saneamento de Teresina (PI) [Mercantilización del agua: análisis de la privatización del saneamiento en Teresina (Piauí)], de la autora Dalila Calisto, integrante del MAB. La militante destaca que la publicación pretende señalar cuáles segmentos se comportan social y económicamente como «enemigos del agua, de la clase obrera y del medioambiente».

«El mensaje del libro es identificar lo que el capital ha hecho para privatizar el agua y el saneamiento como una alerta para que la clase obrera, que es la única capaz de hacer luchas y revolución, pueda organizarse, entienda lo que pasa en la actualidad y construya luchas en defensa de ese bien común».

Experiencias

Diferentes experiencias de vida relacionadas con el tema fueron compartidas con los asistentes al seminario, entre ellas la de la trabajadora social Maria José Pompeu Sodré, que vive en la región occidental del estado Bahía, donde desarrolla actividades agrícolas. Ella cuenta que la comunidad local ha estado luchando desde hace más de 20 años contra la acción depredadora del agronegocio, que se manifiesta a través del acaparamiento ilegal de tierras y agua.

 La contaminación del nivel freático, los daños a la salud colectiva y la violencia contra personajes populares que resisten el avance de esas prácticas son también elementos del contexto vivido por la comunidad. Maria José destaca que ese escenario perjudica cada vez más el acceso a los ríos y a los recursos naturales por parte de los habitantes locales.

«Hoy, la población corre el riesgo de morir de sed a orillas del río. Para que esto no suceda, nos organizamos, y no es solo una lucha del MAB, sino una lucha colectiva. Estamos hablando de un modelo económico que favorece sólo al gran capital. La gente que vive allí, los defensores de los derechos humanos, han sufrido enormemente», comenta la trabajadora social.

Lucha popular

El teólogo, filósofo y profesor Leonardo Boff estuvo entre los aliados que se unieron al MAB para discutir el tema. En conversación con Brasil de Fato, elogió la acción crítica y la presión política ejercida por los segmentos populares que luchan por la preservación del agua y por el acceso universal al recurso.

El religioso también destacó la posición de Brasil frente a las discusiones actuales relacionadas con esa agenda. El país posee el 13% del agua dulce del planeta y, en consecuencia, podría convertirse en el centro de una gran disputa geopolítica mundial en el futuro, según diferentes especialistas. Consultado sobre el papel histórico de la actual generación de brasileños frente a esa proyección, Boff menciona la importancia de que el país se una a los demás actores internacionales en la búsqueda de un «nuevo contrato mundial» sobre el tema.

«Brasil puede colaborar mucho. Ya exporta mucha agua. En la soja, en los cítricos, en todas las commodities que exporta, el agua va junto a ellas, sobre todo en la carne. Entonces, Brasil tiene una importancia fundamental. Yo diría más: la preservación de la Amazonia es la garantía de que la vida en el planeta continúe y que los regímenes climáticos sean mínimamente favorables para el sostenimiento de la vida», agrega.

Indígenas

Para Boff, la acción y los modos de vida de los pueblos indígenas son fundamentales en este contexto por el hecho de ayudar a salvaguardar el patrimonio ambiental mundial. «Ellos son nuestros maestros, nuestros doctores porque no manipulan la naturaleza. Ellos se sienten como naturaleza. Al defender la naturaleza, se están defendiendo a sí mismos, tienen conocimientos ancestrales que nosotros hemos perdido, conocen las hierbas, las aguas, las plantas y tienen un profundo sentido de solidaridad entre ellos», agrega el filósofo, al mencionar que tales comunidades «no conocen la competencia», una característica fundamental del modo de producción capitalista.  

La voz principal de la agenda indígena actualmente en el Congreso, la diputada Célia Xakriabá (del partido PSOL por Minas Gerais) estuvo entre los parlamentarios que apoyaron el evento. Destacó la importancia de la demarcación de las áreas indígenas como medida esencial para el equilibrio ambiental. La lucha ha sido el principal punto de la agenda del segmento en la historia del país, especialmente en los últimos años.

«Los pueblos indígenas no somos ni el 1% de la población brasileña, somos el 5% de la población mundial y protegemos más del 80% de la biodiversidad. Eso demuestra cuánto protegemos las aguas y los territorios. Hoy en día, la ONU ya reconoció que la solución número uno para detener la crisis climática es la demarcación de nuestros territorios. Tuvimos cuatro años de ausencia [del Estado] por causa de un gobierno antiambientalista y los ministros para el medioambiente éramos prácticamente nosotros».

Traducción: Ciro Casique Silva