Minera define al azar cuáles integrates de las familias tienen derecho a la medida de mitigación en Brumadinho

Justo después de la ruptura de la represa de desechos del Complejo Córrego do Feijão, en Brumandinho, Minas Gerais, una de las medidas que la minera Vale S.A. aceptó para […]

Justo después de la ruptura de la represa de desechos del Complejo Córrego do Feijão, en Brumandinho, Minas Gerais, una de las medidas que la minera Vale S.A. aceptó para reparar afectados a lo largo de la Cuenca del Paraopeba fue el pago de un auxilio de emergencia; de un salario mínimo para adultos, 50% para adolescentes y 25% para niños y niñas. Sin embargo, el derecho no fue para todos los que sufrieron cambios en sus vidas después de la tragedia.

 

 

 

Reportagem (texto e fotos): Guilherme Weimann

De Pompéu, MG

 

Alexandro Magela de Oliveira, de 37 años, es habitante del Asentamiento Queima Fogo, en la zona rural del municipio Pompéu, bañado por el río Paraopeba. Agricultor familiar, Alexandro produce cerca de 160 litros de leche al día. Antes de la ruptura, completaba el ingreso familiar con la venta de queso, huevos y otros productos derivados de la producción, para turistas y dueños de fincas de vacaciones. Con la ruptura, el turismo fue interrumpido, y, como consecuencia , su fuente de ingresos.

El rebaño de la familia pasó a depender del agua ofrecida por la Vale por medio de camiones cisterna que, semanalmente, descargan en la comunidad. Ese es, por tanto, el único “subsidio” que el afectado recibió hasta el día de hoy por parte de la minera.

La misma situación ocurre con sus dos hijas, Alexandra de Olveira, de nueve (09) años y, Giovana de Oliveira de siete (07) años, que tampoco fueron contempladas por la medida de mitigación del auxilio de emergencia.

Entretanto, la esposa de Alexandro, que vive  bajo el mismo techo que el marido y las hijas, recibe el auxilio. Tatiane de Menezes de Oliveira, de 30 años, es una de las 108 mil personas contempladas mensualmente por la medida desde la ruptura

De acuerdo con Alexandro, la disparidad simplemente evidencia la falta de criterios de la minera en el ofrecimiento del servicio. “Yo lo veo de una forma negativa, porque sólo mi esposa recibe. Todos nosotros tenemos el derecho. No solamente yo, también mis niñas. En mi familia, está mi sobrino que no recibió y también es un afectado. Muchas personas en mi comunidad no recibieron nada”, relata. El agricultor no fue informado por la Vale sobre los motivos de la diferenciación del recibimiento del auxilio.

Un caso semejante ocurre en la familia de Leandro Magela de Oliveira, de 42 años, primo de Alexandro. Su propiedad, ubicada dentro del mismo asentamiento, localizada a 300 metros de la orilla del Río Paraopeba. Leandro, también productor de leche, dejaba sus 42 cabezas de ganado sueltas para beber agua del río. A pesar de eso, la minera negó el derecho al auxilio para su hijo, Marcos Leandro Gonçalves Oliveira, de 13 años.

“Tuve que sacar el ganado de allá. Ahora, estoy pagando alquiler de otras tierras para que puedan pastar. Yo recibí el auxilio, mi esposa lo recibió, pero a mi hijo ellos no le pagaron todavía, no sé el porqué. Toda la documentación que ellos pidieron la llevé”, afirma Leandro.

 

Disminución del auxilio de emergencia

Además de los casos de negación al derecho de emergencia, a partir del día 25 de enero de este año,  cuando la ruptura de la represa en Brumadinho completa un año, la Vale cortará por la mitad el valor de los auxilios de los afectados que no viven en la llamda “zona caliente”, área que abarca las comunidades de Córrego de Feijão, Parque da Cachoeira, Alberto Flores, Cantagalo y Pires.

Entre 93 y 98 mil personas que viven en otros lugares a lo largo del Río Paraopeba pasarán a tener sus beneficios divididos a la mitad por más de diez meses. Con eso, adultos recibirán solo 50%, adolescentes 25% y niños 12,5% del salário mínimo. Es importante recordar que el ingreso de gran parte de la población afectada aún no retoma los mismos valores del período anterior a la ruptura. 

Preocupación  con los costos del agua

Además de la indignación por el rechazo de la Vale de depositar el auxilio de emergencia a su hijo, Leandro de Oliveira se preocupa con los posibles costos del agua que la Vale se comprometió en llevar a las propiedades afectadas por medio de una canalización. La fuente serían dos pozos artesianos que están dentro del propio asentamiento.

“La Vale está diciendo que va a traer agua entubada, pero, ¿y el costo de esa agua? Nosotros que estamos en la orilla del río teníamos agua gratis. Alguien sea de afuera puede pensar que la Vale está haciendo alguna cosa, pero en verdad nosotros no teníamos ningún costo en relación al agua. Nosotros podíamos tomar baño y pescar, pero todo eso acabó”, lamenta el agricultor.

Esa también es una de las preocupaciones de Erliete Rocha de Campos, de 45 años, habitante del asentamiento. “Nosotros teníamos la propuesta de hacer una irrigación para una huerta, pero después vino la ruptura y ya no hay posibilidad de hacerlo. La huerta habría sido una manera de alimentar el ganado. Ahora estamos recibiendo el agua de los camiones cisterna y no sabemos cuáles serán los costos de ahora en adelante”, cuestiona.

La agricultora vive con nueve parientes más, esposo, hijos y nietos. Con depresión, y responsable por un hijo que está con tumores en los dos oídos, con necesidad de colocar prótesis en la columna, Erliete se lamenta por el río que hizo parte de toda su vida: “El río para mí era una terapia, donde yo descargaba mis problemas. Ahora yo no tengo más esa posibilidad”.

 

Edición y traducción del texto: Ciro Casique Silva

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