Cinco motivos para luchar contra la privatización de Eletrobrás

1 – La privatización de Eletrobrás es un asalto internacional al pueblo brasileño

El sistema Eletrobrás posee 31% de la generación, 48% de las líneas de transmisión, y el 7% de la distribución de la energía eléctrica de Brasil. El patrimonio de la estatal incluye 233 usinas (47 hidroeléctricas) de generación de energía, que producen en torno de 182 millones de Mwh/por año, lo que garantiza abastecimiento un consumo total de 70, 5 millones de consumidores residenciales brasileños, que consumen 134 millones de Mwh/por año, y todavía sobra energía. Además, posee 70.201 km de líneas de transmisión, 271 subestaciones y 4,3 millones de consumidores en la distribución, especialmente en la Amazonia Brasileña.

Todo el patrimonio de Eletrobrás pertenece al pueblo brasileño. Las usinas y líneas de transmisión son patrimonios amortizados, que ya fueron pagos mensualmente por el pueblo, mediante pequeñas parcelas en las cuentas de luz por largos años. Por lo tanto, entregar la Eletrobrás es asaltar al pueblo.

El ilegítimo gobierno Temer quiere entregar el sistema Eletrobrás por 20 billones de reales. Solamente una usina, la hidroeléctrica de Xingó (2.139 MW) cuesta ese valor. Esta usina, en capacidad de producción, se asemeja con la hidroeléctrica de Jirau (2.184 MW), localizada en Rondonia, que costó R$ 19 billones. Jirau es propiedad de la trasnacional francesa ENGIE, considerada una empresa modelo por los defensores de la privatización, y tuvo una inversión de R$8,7 milhões/ MW instalado. (Belo Monte, también localizada en el norte y mayoritariamente pública, costó bastante menos, cerca de R$ 3 millones por MW instalado). Considerando que la Eletrobrás posee 41.000 MW de potencia instalada en hidroelectricidad (y calidad superior a la usina de Jirau) construir un patrimonio totalmente nuevo costaría en torno de R$ 356 billones.

Considerando que Eletrobrás produjo em 2017 cerca de 182 millones de Mwh, y si esta energía fuese comercializada por valores semejantes al precio de hidroeléctricas totalmente privatizadas, (R$ 250/MWh), la disputa em la generación envuelve un capital de entorno de R$ 45 billones al año, sin contar los lucros en Transmisión y Distribución. Vemos entonces, que desde el punto de vista económico la propuesta del gobierno Temer es un absurdo.

No hay dudas de que la entrega de la Eletrobrás es parte del pago del golpe e involucra una amplia alianza de los sectores y personas más corruptas, integrada por parlamentarios, el gobierno golpista de Temer, el Poder Judicial y los medios, que actúan para servir a los verdaderos comandantes del golpe: el poder económico de los banqueros y las trasnacionales. 

2 – La privatización de Eletrobrás destruye la soberanía

Al privatizar la Eletrobrás, la totalidad de la energía eléctrica será transferida al control de las empresas extranjeras. Nuestra energía será controlada por banqueros, trasnacionales, fondos de inversión y paraísos fiscales. Sin la Eletrobrás, perderemos totalmente el control de la electricidad y el sector eléctrico de Brasil pasará a ser dominado definitivamente por especuladores del sistema financiero internacional. Brasil y su pueblo serán víctimas de esquemas de sabotaje, aumentos y cobranzas abusivas en las cuentas de luz y todo tipo de prácticas especulativas para aumentar extraordinariamente los lucros de las empresas a costillas del pueblo.

3 – La privatización causará grandes aumentos en las cuentas de luz del pueblo

Cualquier discurso que prometa reducir las tarifas con la privatización de la Eletrobrás es falso. Una de las consecuencias más perversas serán los aumentos explosivos en las cuentas de luz de las casas.

Actualmente las usinas de Eletrobrás venden la energía más barata del país, porque consiguen producir electricidad de forma eficiente con costos bajísimos, y 87% de su producción es a base de agua. Mientras la población paga en promedio pagan R$685 por 1000 Kwh, decenas de hidroeléctricas de Eletrobrás están vendiendo su energía a las distribuidoras a R$76 cada 1000 Kwh, en contratos que van hasta 2042. Con la privatización, la Agencia Nacional de Energía Eléctrica (ANEEL) ya reconoció que estos precios serán revisados y aumentados por lo menos para R$200/ 1000 kwh, en contratos que tienden a 30 años de duración. Evidentemente, al privatizar la Eletrobrás, las empresas privadas pasarán a imponer los precios que quieran, con el mecanismo del “mercado libre”, complicando todavía más y abriendo camino para la revisión de todos los demás contratos de otras empresas. Todo será incorporado en futuros aumentos en las cuentas de luz del pueblo, que serán obligados a pagar el robo en las próximas décadas.

4 – Privatizar Eletrobrás es también privatizar el agua

Junto a la privatización de Eletrobrás está en marcha una estrategia de privatización del agua de Brasil, para crear un gran “mercado de las aguas”, que impondrá el cobro por uso de agua de los ríos y lagos. Quien se convierta en dueño de la Eletrobrás, se tornará dueño de la concesión de 47 hidroeléctricas y los respectivos lagos en las principales cuencas hidrográficas brasileñas, inclusive la Amazonia y el río San Francisco.

Este proyecto de privatización del agua quiere prohibir el acceso público a los lagos e imponer cobros futuros por el agua de los ríos, sobretodo para el abastecimiento de ciudades, pequeña agricultura y transposiciones. Por lo tanto, la privatización de la Eletrobrás significará también la privatización del agua (ríos, reservatorios, acuíferos y nacientes) para crear el mercado del agua e imponer el cobro. No resulta extraño que grupos empresariales que financiaron movimientos y parlamentarios que condujeron al golpista Temer al poder también estén operando esquemas para privatizar Eletrobrás y así convertirse en dueños de la empresa y de los negocios del agua y la energía.

5 – Toda riqueza generada es enviada fuera del país 

Mismo vendiendo su energía a los precios más bajos entre todas las empresas de energía eléctrica de Brasil, Eletrobrás tiene grandes lucros. En 2016, el lucro líquido de la empresa fue de R$3,4 billones, y en el primer semestre de 2017 fue de R$ 1,7 billones. Como es estatal, parte importante de estos lucros son revertidos en inversión para ampliación y mejora del sistema. Sin embargo, cuando es privado, todo el lucro se remite a los accionistas a través de “remesas de dividendos”, que en la mayoría de los casos se sitúan fuera del país, cobrando y exigiendo cada año mayores lucros.

El histórico de las empresas de energía que fueron privatizadas muestra que su política es la de enviar el %100 de sus lucros hacia el lugar donde se encuentran sus dueños. Por lo tanto, toda la riqueza generada por el trabajo de los brasileños y brasileñas es costeado por las cuentas de luz y enviado hacia afuera, generando que cualquier nueva inversión exija imponer nuevos aumentos de tarifas.

Movimento dos Atingidos por Barragens – MAB

São Paulo, 17 de abril de 2018.

Agua y Energía con Soberanía, Distribución de la Riqueza y Control Popular.