En noviembre, Belém acogerá la Cumbre de los Pueblos, un evento que reunirá a más de 10.000 personas, dando voz a movimientos y comunidades tradicionales, con soluciones a la crisis climática basadas en la justicia social
Publicado 02/10/2025 - Actualizado 10/11/2025

En noviembre, Belém será sede de la Cumbre de los Pueblos, que dará voz a la Amazonía, sus territorios tradicionales y comunidades locales. Mientras que la COP30 —la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático— reúne a gobiernos, jefes de Estado y empresas para negociar objetivos climáticos, la Cumbre de los Pueblos congrega a quienes viven a diario los efectos de la crisis climática y propone alternativas basadas en la justicia social y ambiental. El evento se llevará a cabo del 12 al 16 de noviembre y se espera que reúna a más de 10.000 personas y alrededor de 1.000 organizaciones de todo el mundo.
Se trata de un importante encuentro internacional de movimientos sociales, organizaciones de la sociedad civil, colectivos populares, pueblos indígenas, comunidades quilombolas, comunidades tradicionales, grupos juveniles, sindicatos, organizaciones ambientalistas, grupos feministas y otros sectores que se reúnen paralelamente a la COP30.
Cleidiane Vieira, de la coordinación nacional del Movimiento de Personas Afectadas por las Represas (MAB), explica que este es un espacio popular y crítico fuera de la COP oficial, que amplifica las voces de los pueblos y comunidades que más sufren los efectos de la crisis climática, pero que están marginados del espacio de toma de decisiones en las negociaciones formales:
“Desde 2023, hemos estado organizando la Cumbre de los Pueblos en la región amazónica, aprovechando la Cumbre de la Amazonía, que ya tuvo lugar, y la COP que se celebra en la región. Históricamente, esta Cumbre es un espacio fundamental para la coordinación global, que reúne a organizaciones y redes de todo el mundo que trabajan en temas climáticos, un debate complejo para todos nosotros.”
Al finalizar la Cumbre, se elaborará una carta política con demandas, denuncias y alternativas al modelo extractivo que prioriza el capital sobre la vida y el medio ambiente. Las organizaciones realizarán una caravana de barcos por el río Guamá, con embarcaciones y flotillas de todo el mundo, seguida de la Marcha Mundial por el Clima el 15 de noviembre, en la que participarán todas las organizaciones.
La primera Cumbre Popular con gran visibilidad tuvo lugar en Río+20 (2012), la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, en el Parque Flamengo de Río de Janeiro. Desde entonces, se han planificado versiones más pequeñas y reuniones similares para otras COP.
Las organizaciones que conforman la Cumbre Popular 2025 consideran que, en muchas ediciones, ha habido una falta de presión social significativa por parte de los movimientos populares sobre las declaraciones internas realizadas en la COP por las organizaciones nacionales oficiales, como los jefes de Estado, los ministros de Relaciones Exteriores y los ministros de Medio Ambiente. Por lo tanto, el evento en el Amazonas, que se apoyará en la fuerza de los movimientos populares de la región y de todo el país, además de la coordinación internacional previamente establecida, probablemente escribirá –según las expectativas de los movimientos– un nuevo capítulo de fuerza y presión popular.



Ejes de Discusión
La Cumbre se divide en seis ejes principales de discusión. MAB participa en la articulación de todos ellos, con especial énfasis en el Eje 3, que aborda una transición justa y popular, donde también se desarrolla la lucha por un modelo de transición energética popular. Se espera que el movimiento reúna a cerca de 1.000 personas afectadas de Brasil, quienes se unirán a los 200 delegados del IV Encuentro Internacional de Comunidades Afectadas por Represas y la Crisis Climática, provenientes de países de los cinco continentes.
“La evaluación del MAB es que es necesario aprovechar el momento en que el mundo tendrá la mirada puesta en Brasil y la Amazonía para denunciar este modelo de transición energética que no beneficia a las poblaciones ni a los territorios. Queremos profundizar y exponer las contradicciones que este modelo genera en la crisis climática, y cómo está transformando la vida de quienes se ven afectados por las represas, con inundaciones y sequías extremas de norte a sur del país”, afirma Cleidiane.
Las organizaciones articulan una agenda social amplia y radical para afrontar la crisis climática, estructurada en torno a ejes centrales que desafían el modelo económico actual.
El primer eje defiende los Territorios Vivos y la Soberanía Popular, exigiendo la demarcación de tierras y la promoción de la agroecología, en oposición directa a las prácticas agroindustriales depredadoras. El eje de Reparación Histórica y Lucha contra el Racismo Ambiental critica el impacto desigual de la crisis en las poblaciones negras e indígenas, y exige políticas que reviertan las vulnerabilidades históricas. La propuesta de una Transición Justa, Popular e Inclusiva busca evitar que la transición energética penalice a las comunidades, criticando la financiarización del clima y defendiendo alternativas de desarrollo que aúnen la justicia social y territorial.
Los demás ejes refuerzan la defensa de la Democracia y el Internacionalismo de los Pueblos, centrándose en la oposición a las opresiones interseccionales; en las Ciudades Justas, dando voz a las periferias urbanas, las más afectadas por las inundaciones y la contaminación; Y en Feminismo Popular, que destaca el papel protagónico y la resistencia de las mujeres en los territorios frente a la violencia relacionada con el extractivismo.
Hasta la Cumbre de los Pueblos del 12 de noviembre, publicaremos semanalmente textos que profundizarán en los seis temas y en cómo el MAB integrará e influirá en cada uno de ellos.
